Nothing es el nombre que me viene a la cabeza tras mi regreso de la India. Nada como ese lugar de vaciamiento que te reordena. Pero está en coherencia también con lo de siempre, con eso que me ha llevado al cuerpo una y otra vez como lugar de trabajo.
Así, Simulación de vacío, Cómo desparecer en escena, Sin ti, Sujeto Invisible, son solo alguno de los títulos de mis últimos trabajos en los que siempre hay una referencia a eso que no está y que en su nombrarlo se hace presente.
Nothing me conecta a un lugar inmenso, un espacio de libertad donde el observador y lo observado son la misma cosa, y es así como me quiero compartir aquí en este acción expositiva.
Nothing es un mostrar lo que ya existe (sin necesidad de crear nada nuevo para la ocasión), abrir los cajones y dejarlos abiertos; una acción sustentada en el deseo de dejar ver(se).
Uno de los motivos por los cuales propongo esta acción a Solar —o quizá el motivo más urgente—, es suavizar ese sentimiento de pérdida que me genera la falta de documentación en torno a las artes performativas, en relación a la escena y, en general, a los trabajos en vivo (aunque cada vez hay más bibliografía, ésta se centra en los grandes nombres, quedando inevitablemente por el camino muchos modos de hacer y movimientos invisibles).
La crítica, siempre sustentada en el gusto, formación o subjetividad del que la desarrolla, e incluso, en ocasiones, con claras intenciones políticas de fondo, no evita ese sentimiento de pérdida, incluso puede que la agudice. Por eso hablo de dejar(se) ver como primer paso hacia mostrar nuestros procesos a lo largo del tiempo.
Lo que desaparece sabemos que es parte de la magia que atrapa a los que formamos este mundo de la creación de lo efímero, pero es a la vez nuestra propia trampa. ¿Y no será que conocer lo que otros hacen, no su objeto final sino el origen y desarrollo de su pensamiento a lo largo de un tiempo, nos permitiría abrir nuevos marcos de pensamiento compartibles?
La búsqueda del nosotros —tan al uso en las artes performativas y del movimiento de los últimos años— no fue una llamada a la unión por la unión. Lejos de esto, abrir nuestras operativas (nuestro desde dónde hacemos lo que hacemos) nos puede llevar a un lugar más real para compartir y co-crear nuevos lugares comunes.
Nothing es un grieta (como siempre), un acto de apertura hacia el exterior, un poner “afuera” lo que de normal es privado (las notas, los borrones, las obsesiones que se repiten en distintos cuadernos). Las grietas siempre han simbolizado para mi un acto de libertad y, a la vez, un acto de ruptura. Me gusta mirarlas aunque me generan cierta angustia; el derrumbe es una posibilidad real y contener esa posibilidad es lo que las hace interesante.
Buceando entre el caos de apuntes, observo ahora cómo el deseo de ser grieta siempre fue una parte fundamental de lo que hago, un leitmotive oculto pero poderoso que siempre estuvo allí más o menos solapado por otras intenciones artísticas simultáneas.
Puedo leer(me) ahora, desde esta vista de pájaro, como ese deseo en movimiento, a veces más consciente, a veces menos, de ser grieta y dejarse ver, que ha ido mutando en sus formas en función de las distintas situaciones del momento.
Gracias por la colaboarción para la edición de Nothing (notas) a Elena Albert y Oihana Altube que me han cedido muy generosamente algunos apuntes con el fin de ponernos en movimiento juntas – afuera.