El proyecto La luz que no se apaga nace de pensar en dos rayos de luz que salen del Sol, y que por una mínima desviación entre ellos, uno va a parar al tejado de mi casa, en Barcelona, y otro va a parar a este solar, en Santa Cruz de Tenerife. Una especie de reinterpretación de la clásica paradoja física de los gemelos. Esos dos rayos, durante su trayectoria, se encuentran con diferentes elementos -nubes, viento, altas y bajas temperaturas, humedad, millones de partículas suspendidas, polvo cósmico, etc.- para finalmente dar luz a dos sitios bien distintos y separados entre sí. Ese fenómeno, los dos rayos gemelos, pasa constantemente. De ahí que tengamos luz.
Para hacer visibles esos rayos, y las diferencias que puede haber entre ellos, se han instalado dos placas solares aquí y una placa en el tejado de mi casa. Cada una de ellas capta la luz que llega durante todo el día, y la almacena en una batería. Por la noche, ya a oscuras, se encienden unas bombillas -una para cada placa solar-. Lo hacen a la vez, pero se apagan en un momento de la noche, cuando ya no queda más energía en su batería. Así, cada una de las placas es una especie de instrumento de medición de todos los rayos que llegan desde el Sol, y de todo lo que se han encontrado en los más de 149.597.870 kilómetros que han recorrido. Estas placas han captado, almacenado y grabado todo lo que ha pasado desde que salieron los rayos del Sol hasta que llegaron a las pequeñas células fotovoltaicas donde se transforma la energía lumínica (fotones) en energía eléctrica (flujo de electrones libres). Así, mediante este efecto fotoeléctrico se genera energía solar fotovoltaica. Por ejemplo, si un día el cielo en Barcelona tiene muchas nubes, la bombilla se apaga mucho antes que las de Santa Cruz de Tenerife, porque le ha llegado mucha menos luz. Aquí, en el solar, las variaciones existen, por mínimas e imperceptibles que puedan ser. Las placas, que se encuentran juntas, reciben los rayos de distintas maneras. Es probable que la planta crezca más, que la sombra llegue antes a una de las dos placas y que otros elementos como la época del año, cenizas o un día de lluvia produzcan ligeros cambios.
El proyecto La luz que no se apaga es una especie de memoria viva diaria de lo que sucede más allá de lo que podemos ver, transformado en un elemento tan común y mágico como la luz.
Esta propuesta, desarrollada por el artista Pep Vidal con la colaboración del investigador Miguel Larrañeta , se encuadra dentro de El Invernadero. Grupo de análisis sobre naturaleza y supone una aportación desde el campo del estudio de la luz mediante una aportación científica y simbólica.
Fotografías de Aday Palmero
Esta intervención estuvo acompañada por una charla de Pep Vidal desarrollada también en el solar de la calle San Lucas, número 25, de Santa Cruz de Tenerife. En ella evidención la unió que existe en su trbajo de los aspectos que configuran la disciplina físicao, desarrollada en su tesis doctoral con respecto a la precisión de las mediciones, como su interés en el lenguaje simbólico del arte y las posibilidades de investigación que se producen en su hibridación.
Sobre de Pep Vidal (1980)
Licenciado en Matemáticas por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) (2007). Doctor en Física por la UAB y sincrotrón ALBA (2014), de la que obtengo conclusiones importantes: hay algunos sistemas extremadamente sensibles y complejos; y no me interesan las investigaciones que no incluyan mi propia experiencia y mi vida en el proceso.
En los últimos años empiezo a dar clases en el grado de Física de la Universidad Autónoma de Barcelona, y también en el grado de Artes de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). La experiencia de la docencia y la investigación en el contexto del arte y la ciencia me da la oportunidad de consolidar mi posicionamiento sobre la transdisciplinariedad del conocimiento.
He sido artista residente en Rijksakademie van beeldende kunsten (Amsterdam), así como en Hangar (Barcelona), FARE (Milán) y Casa Velázquez (Madrid).
Mi trabajo se ha mostrado en exposiciones individuales en LMNO Gallery (Bruselas), MSU Contemporary Art Center (Zagreb), Abrons Arts Center (Nueva York), ADN Gallery (Barcelona), Museu Nacional d’Art de Catalunya MNAC (Barcelona), etc, así como en exposiciones colectivas, como en FRAC Picardie (Francia), Maison des Arts (Bruselas), Kunsthaus Baselland (Basilea), Fundación Joan Miró (Barcelona), CAPC musée d’art contemporain de Bordeaux (Burdeos), Fundación Antoni Tapies, etc.
Algunas obras forman parte de colecciones públicas y privadas, como Col·lecció Nacional d’Art de la Generalitat de Catalunya, Fundación DKV, Fundación Montemadrid, Colección de Arte Contemporáneo Cal Cego y Colecciones Privadas.
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