Larisa Pérez Flores. YO SOY DE LA ISLA: Más allá del trópico y del desierto.

Tras las cinco semanas de residencia de la investigadora Larisa Pérez Flores en Solar. Acción Cultural Sociedad – Lugar – Arte, su reflexión acerca de la posibilidad de la existencia de un Museo de la Isla llega a distintos puntos que tienen como nexos las conversaciones con las diferentes personas vinculadas al mundo de la museología y la práctica artística del contexto de Santa Cruz de Tenerife.

A través del siguiente texto de la propia investigadora se entrevé algo de su investigación de los pensamientos que compartió en el encuentro público que puso fin a su estancia.

Desde la isla sub-tropical yo pienso. Recorro museos y semi-museos y tropiezo con todo tipo de violencias. Una institución hegemónica en una isla cubierta de neblina. Un museo de la Naturaleza y el Hombre que cambió su nombre, pero sólo su nombre. Un museo de Bellas Artes donde el colonizado juega a ser colono. Una Casa del Carnaval muda, sin etnografía ni ironía. Un Museo de los Alzados que nadie conoce, donde se cuenta una pequeña historia. Y así.

¿Cómo trascender el relato exotizado, la arquitectura impenetrable, la colección expoliadora, la vitrina gélida, la epistemología masculinizante, el objeto aniquilador, y tantas otras violencias que permean las paredes el museo? La posibilidad de un museo descolonizado es una posibilidad que no estimo desde un lugar neutro o universal, sino desde mi propio lugar de enunciación. Más allá del ingenuo relato de un museo sin trazas de hegemonía, pero también del ingenuo relato de un museo cuya defunción nos libra de violencias, aparece la posibilidad de un Museo de la Isla.

Inspirada en una crítica de la razón continental, la propuesta de un Museo de la isla nace incómoda y equívoca, con más interrogantes que respuestas, en la línea de un anti-museo, o de un semi-museo, o de un museo-imposible, donde el objeto no desaparece, sino que se presenta en toda su potencia y su violencia.

Larisa Pérez Flores.
Mis interesen giran en torno a las islas, los cuerpos y los desplazamientos. Estos intereses parten de mi propio cuerpo y desembocan en puertos de gran peso filosófico, puertos donde reina la impureza. Mi trabajo es una travesía poco ortodoxa por archipiélagos irregulares y océanos profundos, una travesía que no nace de una premisa analítica sino de viajes y naufragios personales. Parto de cosas poco importantes, de islas pequeñas y cuerpos anónimos, más o menos oscuros, más o menos humanos. Mi intención, pese a las grandes palabras que me pueblan, es hablar de cosas concretas todo el tiempo. No de islas paradisiacas ni de islas desiertas, sino de espacios tangibles, expoliados, hiperpoblados. Investigo porque arde, me mueven el dolor y la esperanza.

Esta residencia ha contado con el patrocinio de TEA Tenerife Espacio de las Artes.